Significado Espiritual y Simbólico de la Esmeralda
Santa Hildegarda de Bingen, la notable litóloga, declaró: "Todo el verde de la naturaleza se concentra en la Esmeralda". Representando la juventud en la era del hombre, el poder de este exuberante cristal agita el alma como el corazón de la primavera, simbolizando la esperanza y el futuro, la renovación y el crecimiento. Es un buscador del amor y un revelador de la verdad, que inspira una búsqueda continua de sentido, justicia, compasión y armonía.
Llamada la "Piedra del Amor Exitoso", la esmeralda abre y nutre el corazón y el Chakra del Corazón. Su energía calmante proporciona curación a todos los niveles del ser, aportando frescura y vitalidad al espíritu.
Esta piedra de la inspiración y la paciencia infinita, encarna la unidad, la compasión y el amor incondicional. La esmeralda promueve la amistad, el equilibrio entre la pareja y es especialmente conocida por proporcionar felicidad doméstica, satisfacción y lealtad. En el mundo antiguo se dedicaba a la diosa Venus por su capacidad para garantizar la seguridad en el amor.
La esmeralda es también una gema de visión e intuición, asociada con los ojos y la vista, y se cree que predice los acontecimientos futuros y revela las verdades de la persona. Es una cristal de la sabiduría, que mejora la memoria y aumenta la claridad mental.
Combina la inteligencia con el discernimiento y trae a la mente consciente lo que se conoce inconscientemente. La esmeralda también aumenta la concentración y la intención, activando las capacidades psíquicas y abriendo la clarividencia. Tradicionalmente se utilizaba como protección contra los encantamientos y hechizos.
La esmeralda ha sido fuente de fascinación y reverencia en muchas culturas durante más de seis mil años, y se vendía en los mercados de Babilonia ya en el año 4.000 a.C. Era una piedra adorada por los incas, los caldeos creían que contenía una diosa, y era muy honrada en todas las religiones importantes por su poder espiritual y su belleza.
La esmeralda se consideraba un símbolo de la vida eterna en el antiguo Egipto, un regalo de Toth, el dios de la sabiduría, y era la joya favorita de la reina Cleopatra. Las minas de esmeralda del Alto Egipto, redescubiertas hace cien años, son unas de las más antiguas del mundo y se llamaban las minas de Cleopatra por su amor a la piedra.
Las esmeraldas también fueron talismanes de Aristóteles, Alejandro Magno, Carlomagno y los gobernantes de la India. Han adornado las coronas y las joyas reales de muchos países durante siglos, y hoy en día los ricos y famosos siguen atesorando y exhibiendo fabulosas colecciones e impresionantes gemas.
La exuberancia pura del color verde esmeralda ha inspirado a la empresa Pantone, el estándar de la industria de la impresión, la moda, la belleza y la decoración, a declarar el "esmeralda" como el color del año 2013, describiéndolo como "Vivaz. Radiante. Exuberante... un color de elegancia y belleza que aumenta nuestra sensación de bienestar, equilibrio y armonía."
Según la tradición india, el nombre Esmeralda se tradujo por primera vez del sánscrito como Marakata, que significa "el verde de las cosas que crecen". Se cree que el término que utilizamos hoy deriva de una antigua palabra persa que se tradujo al griego como Smaragdus, que significa "piedra verde", término que se utilizaba en la antigüedad y que se refería a una serie de gemas verdes. Con el tiempo, las versiones en francés antiguo o latín vulgar, Esmeraulde, Esmaralda o Esmaraldus se convirtieron en el nombre actual, Esmeralda.
