Significado Espiritual y Simbólico del Granate
El nombre "granate" procede de la palabra latina "Garanatus", que significa "parecido a una semilla", en referencia a una granada. Esta referencia tiene bastante sentido, ya que los granates pequeños se parecen a las semillas de color rojo brillante que se encuentran en el interior de una granada.
El granate ha sido una gema muy popular a lo largo de la historia. Se encontraron estas gemas como cuentas en un collar que llevaba un joven en una tumba que data del año 3000 a.C. Esto es una prueba de la dureza y la durabilidad de la piedra.
Se dice que el rey de Sajonia tenía un granate de más de 465 quilates. Platón hizo grabar su retrato en un granate por un grabador romano. Bohemia, que ahora forma parte de Checoslovaquia, fue en su día una enorme fuente de granates y, en su momento, el corte, pulido y montaje de granates fue una industria muy rica en ese país. Muchos castillos e iglesias de Bohemia tenían magníficos interiores decorados con granate.
Los granates de Bohemia son famosos incluso hoy en día, conocidos por sus pequeñas pero hermosas piedras engarzadas unas junto a otras que se asemejan a una granada. En la República Checa se siguen encontrando joyas de granate, en las que las piedras siguen estando dispuestas de la forma tradicional, fuertemente unidas. De este modo, el atractivo de las piezas clásicas de granate se debe únicamente a la belleza de sus piedras.
Los granates fueron muy populares en Europa, en los siglos XVIII y XIX. En la época victoriana se utilizaban con frecuencia en las joyas. En la antigua España, la granada era una de las frutas favoritas y era frecuentemente representada en heráldica, y como resultado de ello, también lo era el granate. En la astrología española, el granate representaba el sol.
En la antigüedad, el granate era conocido como "carbunclo", que se relaciona con el color y hace referencia a un forúnculo o ampolla. Este nombre se aplicaba también a otras piedras rojas, pero al granate en particular.
A lo largo del tiempo, han surgido muchas tradiciones y leyendas antiguas alrededor del granate. En la época medieval, se pensaba que las piedras curaban la depresión, protegían contra los malos sueños y aliviaban las enfermedades del hígado, así como las hemorragias.
Según la leyenda, Noé utilizó un granate finamente tallado y brillante para iluminar el arca durante los oscuros días y noches de lluvia. Los escritores hebreos incluyen el granate como una de las doce gemas del pectoral de Aarón.
La tradición cristiana consideraba el granate de color rojo sangre como un símbolo del sacrificio de Cristo. El Corán sostiene que el granate ilumina el Cuarto Cielo de los musulmanes. Los griegos decían que protegía a los niños del ahogamiento. También se creía que era potente contra los venenos.
En la mitología griega, la granada se menciona como un regalo romántico y se asocia con la eternidad. Hoy en día, el granate sigue siendo muy apreciado en este sentido y se regala tradicionalmente para el 19º aniversario de matrimonio. También puede utilizarse como regalo para los aniversarios de dos y seis años.
Además, el granate simboliza el retorno rápido y el amor separado, ya que Hades había regalado una granada a Perséfone antes de que ésta lo abandonara para asegurar su rápido regreso. Por lo tanto, el granate puede regalarse a la persona amada antes de emprender un viaje, ya que se cree que cura los lazos rotos de los amantes.
Se ha dicho que un granate grabado con la figura de un león es un amuleto muy eficaz que protegerá y preservará la salud, curará al portador de toda enfermedad, le traerá honores y le protegerá de todos los posibles peligros en los viajes. También se decía que avisaba al portador de los peligros que se acercaban y que, hace tiempo, se llevaba como talismán protector.
Un escritor escribió que si un granate pierde su lustre y brillo, es una señal segura de que se avecina un desastre. También hay una notable afinidad entre los granates y la tradición guerrera. Hay constancia de que un grupo de nativos de la India utilizaba los granates como proyectiles, disparados con arcos. La creencia tribal era que la piedra infligiría heridas, que serían especialmente sangrientas.
La historia de la capacidad del granate para provocar transformaciones se encuentra en muchos libros. Thelma Isaacs escribe que "los granates utilizados para la curación solían ser la almandina y el piropo, minerales transparentes de color rojo y rojo púrpura. Se pensaba que contrarrestaban la melancolía y actuaban como estimulantes del corazón. En la antigüedad, había quien creía que mirar un granate rojo podía provocar pasión, ira e incluso apoplejía".
Barbara Walker cree que "la magia de la sangre de granate era un remanente de las antiguas ideas sobre los poderes vivificantes de la sangre uterina". El granate recibió su nombre del granatum, la granada, un símbolo del útero rojo desde la época del matriarcado. Debido a estas antiguas conexiones con la fuerza vital femenina, a veces se pensaba que sólo las mujeres debían llevar granates.
