Significado Espiritual y Simbólico del Zafiro
El magnífico y sagrado Zafiro, en todos sus matices celestiales, es una piedra de sabiduría y realeza, de profecía y favor divino. Se asocia siempre con las cosas sagradas y se considera la gema de las gemas, una joya impregnada de la historia y la sabiduría de casi todas las religiones.
Para el mundo antiguo y medieval, el zafiro de color azul celeste significaba la cumbre de la esperanza y la fe celestiales, y se creía que traía protección, buena fortuna y perspicacia espiritual. Era un símbolo de poder y fuerza, pero también de bondad y buen juicio.
En la tradición hebrea, el rey Salomón y Abraham llevaban talismanes de zafiro, y se dice que la Ley dada a Moisés en el Monte estaba grabada en tablas de zafiro. Los griegos lo llevaban para obtener sabiduría en Delfos cuando buscaban respuestas del Oráculo en el Santuario de Apolo.
El nombre de zafiro deriva del latín sapphirus, del griego sappheiros y del sánscrito sanipryam, que significa "piedra azul". Investigaciones recientes indican que lo que hoy conocemos como lapislázuli también se denominaba zafiro en el mundo antiguo, y gran parte del zafiro descrito en la Biblia y otros textos habría sido en realidad lapislázuli.
Los budistas creían que aportaba devoción e iluminación espiritual, y los hindúes consideraban el zafiro como una de las "grandes gemas" utilizadas en las ofrendas de los templos para el culto y para alinear las influencias astrológicas. En el cristianismo se utilizaba en los anillos eclesiásticos y era apreciado por los reyes y la nobleza por sus poderes de protección y perspicacia.
Los hindúes usaban el zafiro como talismán para conseguir el favor del planeta Saturno, algo inusual ya que, astrológicamente, la influencia de Saturno se consideraba generalmente adversa. En la época helenística, los zafiros también llevaban inscrita la cabeza de Júpiter (Zeus), el dios del cielo.
Como talismán, se pensaba que el zafiro preservaba la castidad, descubría el fraude y la traición, protegía a su portador del veneno, la peste, la fiebre y las enfermedades de la piel, y tenía un gran poder para resistir la magia negra y los malos deseos. Sanaba las dolencias de los ojos, aumentaba la concentración y perdía el brillo si lo llevaba una persona destemplada o impía.
Hoy en día el zafiro sigue siendo una Piedra de la Sabiduría, una piedra real de aprendizaje, agudeza mental y activación psíquica, un buscador de la verdad espiritual. Su rayo azul puro aporta orden y curación a la mente, dando fuerza y concentración, y la capacidad de ver bajo las apariencias superficiales las verdades subyacentes y de utilizar ese conocimiento.
Estimula los chakras de la garganta y del tercer ojo, lo que permite acceder a niveles más profundos de conciencia para obtener una mayor comprensión de uno mismo/a. Asociado con el planeta Saturno, el Zafiro Azul abarca el orden, la estructura y la autodisciplina, y es ideal para lograr objetivos y manifestar ideas en forma. El poder del zafiro para transmutar los pensamientos y la energía negativos también lo hace muy eficaz para la curación de la tierra y los chakras.
